1. "Cariño, ¡ día de mimos!" ¿Crees
que el deseo solo reside en lo imprevisto? Desengáñate, que programarlo
todo también pude estar bien... Dar el planning de mimos de la semana a
la pareja puede hacer que el deseo aumente en menos tiempo que en lo
que tardas en decirlo. Dile cuándo y dónde quieres verte con él/ella, y
que es lo que has pensado hacer o hacerle...
2. Sé sexy en los mensajes.
Para que el deseo le recuerde a ti cuando tu no estés con él/ella,
utiliza todos los medios que te da la tecnología... Llamadas, mensajes
de texto o emails, no importa cómo sino el resultado.
3. ¿Te acuerdas de la película "40 días y 40 noches", en
la que el protagonista se enamora durante el voto de abstinencia de 40
días que había hecho? Para respetar lo prometido, este se conforma con
pasar una flor sobre el cuerpo desnudo de su Dulcinea: ¡escalofríos
asegurados! Aprópiate la escena y juega con fuego y con su deseo. Provoca, excita, estimula y para en el momento adecuado.
4. ¿Qué tal si intentas hacer el amor sin manos?
Objetivo: nuevas sensaciones que dependerán únicamente de los
movimientos de vuestros cuerpos. Hacer el amor sin manos es un poco como
hacerlo con los ojos vendados: las referencias cambian y las caricias
adquieren una sensación nueva inesperada. Las sensaciones son más
perceptibles al tacto, así tendréis que expresar vuestra excitación y
prestar atención a las reacciones de la pareja por otro medio.
5. Olvídate del parchís y redescubre la sensualidad de una noche de "juegos" con tu pareja.
El juego os llevará, poco a poco, a desvestiros y a acariciaros en un
ambiente lúdico, propicio para la complicidad y el intercambio.
6. Cena entre amigos o comida en casa de la suegra: el ambiente es algo soso y empiezas a pensar en tu pareja ¿Tienes ganas de estar con él/ella? házselo saber...
muéstrale tu deseo a la vista de todos pero sin que nadie se dé cuenta.
Conocemos el poder afrodisiaco de una sonrisa o de un intercambio de
miradas en público, parece algo tan insignificante pero todo lo
contrario.
7. El placer también pasa por la cabeza.
Todas sabemos que los uniformes excitan. Bombero, enfermera, azafata de
vuelo... Déjate llevar por el vicio y el placer disfrazándoos con los
uniformes de vuestras fantasias. Como con la apariencia a veces no
basta, aprovechad la ocasión y meteos en la piel del personaje.
8. Todos sabemos que en la mayoría de casos lo prohibido sabe a gloria.
La transgresión, el miedo de ser sorprendidos y la subida de adrenalina
que sigue contribuyen mucho a la hora de excitarse. ¿La buena noticia?
La vida diaria está llena de situaciones en las que los achuchones son
enloquecedores y el deseo ardiente... ¡pasa a la acción!
9. Solemos olvidar cómo las palabras nos pueden abrir nuevos horizontes eróticos.
Sin embargo, que tire la primera piedra el que nunca se haya excitado
con la lectura de un texto erótico... Desde el Marques de Sade hasta los
autores contemporáneos, pasando por el Kama Sutra, a pesar de que este
tipo de literatura pueda chocar un poco, tiene el mérito de aumentar la
lívido.
10. Todos hemos oído hablar de los alimentos con virtudes en lo que al apetito sexual se refiere.
A pesar de que se haya reconocido que alguno de estos alimentos tienen
propiedades psicológicas en el aumento del deseo, a menudo se trata de
sugestión. No hace falta buscar mucho para saber de donde vienen las
virtudes afrodisiacas atribuidas al pepino. Placebo o no, ¡ aprovéchate
de sus efectos! Es mejor si coméis directamente con las manos para
añadirle un toque de sensualidad.
Olga García